domingo, 30 de diciembre de 2012

Fin de Año 2012

Crónica de JuanCar                                          
Después de la ruta de los polvorones de la semana pasada y tras habernos puesto hasta las trancas en las comidas y cenas navideñas, decidimos que lo mejor era volver a tierras serranas a disfrutar un poco más si cabe y a penar un poco los posibles excesos gastronómicos.
Durante toda la semana se había suscitado un cierto debate por decidir cuál era la ruta más conveniente. Facebook, el foro y el whatsapp echaban humo con los diferentes puntos de vista y las preferencias de cada uno aunque dos cosas estaban claras: el punto de partida que iba a ser de nuevo la Plaza del Gargantón en Navacerrada y que este fin de semana tampoco nos íbamos a escapar de subir de nuevo a la ladera del Chiquillo. Lo que no estaba tan claro es si íbamos a tirar hacia Navalmedio para subir hacia el Ortiz o íbamos a tirar hacia la Barranca y los Alakan.
Dado que no había quórum en cuál iba a ser la definitiva, se decidió por una vez y sin que sirva de precedente, que la elección se iba a realizar directamente en el punto de salida, aunque todos teníamos bastante claro que dada la lista de asistentes íbamos a tirar hacia Navalmedio casi sin remedio (bonito pareado).
La mañana, a la salida de casa, no se presentaba precisamente agradable: una espesa niebla, humedad y frío era lo que nos encontramos mientras cargábamos las bicis en los coches, pero curiosamente nadie, absolutamente nadie mencionó esta circunstancia en ningún momento. Bueno si, recuerdo a Fraile en Los Maños saltando de frío y diciendo que estaba helado, pero la sonrisa en su cara no indicaba que estuviera diciéndolo de forma que le desagradara. Y es que conforme a mi teoría, el frío es simplemente un estado de ánimo si se está bien abrigado, ¿acaso recordáis haber pasado frío cuando eráis canijos?. Yo no recuerdo nunca haber tenido frío en invierno ni calor en verano con menos de 10 años. Y es que eso es justo lo que parecemos: muchachitos de 10 años ilusionados a las 8:00 de la mañana con lo que nos espera en las siguientes horas.
A la hora acordada salimos de Los Maños (los que vivimos en Vicálvaro y alrededores) camino de Navacerrada. La niebla se hacía más espesa cada vez según nos acercábamos hacia Tres Cantos, incluso hubo momentos en la carretera bastante peligrosos por culpa de esta circunstancia. Al igual que la semana anterior, la niebla se empezó a disipar según íbamos ganando altura, pero a diferencia del domingo pasado, esta vez, sobre la niebla había una pequeña capa de nubes que hizo que cuando llegábamos a Navacerrada empezara a caer una escasa fina lluvia que por momentos era más nieve que otra cosa.
Y al fin llegamos a la Plaza del Gargantón. Poco a poco empezaron a llegar todos los apuntados en la lista (salvo David que se cayó en el último momento). En total 22 éramos los asistentes. Tratando de hacer memoria de todos y cada uno de nosotros, asistimos: Javi (Marek), Ángel (Arrojo), Jose Manuel (Frailman), Pablo, Jesús (Terminal), Pachi, Nacho (Gorcam), Valentín (Valiente), Rubén (Karpov), Rodrigo (Glabre), Raúl (yiyirul), Miguel (miguelin), Edu, cuñado de Miguel, Fernando (FZarcero), Jose Manuel (Zarzo), Nelson (el negrito), Mariano (Trisqui), Alberto (Peke), Enrique (Endpar), Rafa (RaFaRu), Efrén (Diabolik) y yo, Juan Carlos (JuanCar).
Como se ve, un pedazo de grupo del 15 en el que no estaban muchos de los compañeros que de haberse presentado sólo hubieran hecho aumentar el caché…una pena los que no pudisteis venir y a los que desde aquí deseamos un muy Feliz Año Nuevo 2013.
Como no podía ser de otra forma, es más, yo creo que casi ni se comentó, al final optamos por hacer la ruta de Navalmedio con el Ortiz, y a las 9:10, minuto arriba, minuto abajo, ya estábamos pedaleando calle arriba por Navacerrada en busca de la ya archiconocida ladera del Chiquillo. A la salida de Navacerrada nos acompañaba una fina nevada que no fue a más y que ni siquiera sirvió para enfriar el ambiente, y que aun al contrario, la ladera del chiquillo te pone a tono más rápido que inmediato, y en un abrir y cerrar los ojos ya estás casi sudando y pensando en que te sobra ropa. La subida por la ladera del Chiquillo ayer fue mucho más rápida que la semana pasada, y es que el menor número de asistentes hizo que todo fuera mucho más fluido. Casi sin parar en el desvío a la mitad de la subida de la ladera, enfilamos el cuestón hasta lo alto de la pista. Ayer no había mar de nubes en Navacerrada, pero a cambio, estaba en Madrid. Las vistas eran tan espectaculares como una semana atrás, e incluso más bonitas ya que la falda de la sierra estaba casi despejada y la niebla se veía más como un mar lejano y más brillante.
Tras un pequeño descanso y primera reagrupación en lo alto, nos dispusimos a llegar hasta el depósito del canal y desde allí tirarnos hacia la Fonda Real. Justo en ese momento Rafa reventó literalmente la cubierta delantera de su Focus. Desafortunadamente la cubierta se había rajado literalmente y gracias a los repuestos del tío Ángel, conseguimos, con un trozo de cámara vieja hacer una pequeña pared para que la cámara no produjera un abultamiento de la cubierta rajada. La reparación fue perfecta ya que Rafa pudo seguir y completar la ruta casi con total normalidad.
Tras reagruparnos en la Fonda Real, seguimos nuestro camino en busca de la pista de Navalmedio que a ritmo vivo y sin casi darnos cuenta, nos llevó hasta el tramo final de la trialera del “Miedo”. En realidad, en vez de subir por este tramo final, y como otras veces, tomamos un pequeño camino que sale un poco más adelante, el cual según nos dijo Zarzo se conoce como senda de la Sal (no pregunteis porque) y que al menos uno (que me conste a mí, aunque supongo que algún otro también lo hizo), subió al completo: y es que nuestro diabóliko amigo es una auténtica máquina con su flamante nueva Giant 29er.
La corta pero intensa subida del camino sustituto del Miedo, nos lleva directamente al comienzo de los senderos de Navalmedio, un senderito que pica continuamente hacia arriba, pero que se disfruta como ninguno entre pinos y arbustos y un par de pasos nada complicados entre pequeñas raíces y alguna que otra piedrecita. Fue aquí, en el sendero de Navalmedio, donde Enrique (Endpar) empezó a encontrarse algo mal, mareado y pálido, lo que nos hizo temer con que se tuviera que dar la vuelta antes de tiempo. Menos mal que Fraile se quedó con él, y poco a poco se fue medio recuperando hasta que, en las ruinas de lo que fueron los antiguos campamentos de la OJE decidió que una vez subido el tramo del Calvario que quedaba hasta la carretera del puerto de Navacerrada, decidiría si bajarse por dicha carretera y esperarnos tranquilamente en la Plaza del Gragantón.
Afortunadamente Enrique se recuperó muy bien, y poco a poco, los 22 fuimos subiendo y penando Calvario arriba por esas rampas del 17% que si te las tomas con poca paciencia pueden agotar todas tus fuerzas. Cuando hicimos la reagrupación en lo alto, ya no estaban ni Fernando ni Zarzo ni Nelson que habían tirado hacia el Ortiz ya que algunos andaban un poco pillados de tiempo. Mención especial a Rodrigo (Glabre), que animado por todos y en especial por Valentín, completó una de las mejores subidas que le he visto desde que le conozco. Y es que poco a poco las subidas se le van atragantando menos; en pocas rutas nos dará p’al pelo a los que siempre vamos atrancados…y si no, el tiempo y me remito a las pruebas de Peke y Nacho…cómo suben los colegas!!!.
Una vez abandonado el Calvario, enfilamos la carretera del Puerto de Navacerrada en dirección al pueblo para afrontar la siguiente parte de la ruta: la subida por la pista de la Barranca hacia el mirador que da entrada al Ortiz…una de las guindas de la mañana. La subida es tendida aunque machacona. Es un ascenso que a ritmillo y con buena conversación (gracias Rubén por darme palique, jejeje) se hace bastante llevadera. Además, las vistas según vas ascendiendo son cada vez más espectaculares por lo que en menos de lo que te esperas estás ya en el mirador tomando un merecido refrigerio antes de uno de los platos fuertes del día.
En el alto del mirador el frío era bastante intenso; hacía bastante viento y empezaban a caer pequeños copos de nieve, pero aun así no oí ninguna queja que hiciera pensar que era desagradable. Y es que yo creo que el que más y el que menos estaba pensando en el Ortiz más que en el frío. Allí, en el mirador, nos dejó Enrique. Prefirió darse la vuelta y bajar por la carretera y esperarnos en Navacerrada ya que se temía que ya que no le gusta especialmente bajar, el mareo le jugara una mala pasada y al final diera con sus huesos en el suelo
Los demás, a excepción de Zarzo y Nelson que ya hacía rato habían tirado Ortiz hacia abajo, empezamos a desfilar por el sendero. ¡¡Qué tendrá este sendero!!. Madre mía!!, es una pasada, y eso que aun no estando ayer tan concurrido, sí que había bastante gente a pie que en alguna ocasión hizo que ralentizáramos la marcha.
El Ortiz no deja indiferente a nadie. Los dos o tres pasos que hay algo más técnicos que los demás, hacen las delicias de los más “mákinas”, la velocidad que se alcanza es la justa como para ir sorteando las piedras y los escalones sin demasiada complicación. En definitiva, que al final del sendero, ya en la pista de la Barranca, cada uno que llega hace derrapar la rueda trasera de la bici y aparece con una sonrisa de oreja a oreja que denota cómo lo ha disfrutado: una delicia!!!.
Una vez terminamos de bajar todos el Ortiz, enfilamos la penúltima rampa de la mañana: subir parte de la pista de la Barranca hasta llegar a otra de las guindas del día: los senderos Alakan que tan infausto recuerdo tienen para Pachi (dos caídas la última vez que pasamos por aquí). La subida es igualmente tendida que la anterior; a ritmillo y con charleta se llega fácilmente a la fuente de Mingo y de ahí a la entrada de los Alakan hay tan solo unas decenas de metros.
Afortunadamente ayer fue la primera vez que tuve la oportunidad de bajar los Alakan enteros y sin pararme. Las caídas y reventones de las veces anteriores ayer no se produjeron y afortunadamente todos pudimos disfrutar de lo lindo bajando por esos senderitos tan rápidos para los que no se requiere ni una técnica ni una pericia especial. Los gritos de diversión de algunos (al que más se le oía era a Rubén, jajaja), mostraban cómo nos lo estábamos pasando: de auténtico vicio.
Los Alakan acaban prácticamente en el vadeo del uno de los arroyos donde Pachi tuvo su segunda caída la última vez. Algunos a pie y otros montados, conseguimos vadear el arroyo y tras subir el talud de la orilla contraria, nos dispusimos a hacer la foto de grupo y seguir con los chascarrillos, chistes y risas…¡¡y es que siempre es así!!.
El fin de los Alakan está en el paso de las presillas de la Barranca. Desde aquí, y en un trepidante descenso que en mi cuentakilómetros marcó los 59 km/h (en el de Efrén 65…lo que hacen las ruedas gigantes) por la pista de los Almorchones, afrontamos la tercera guinda del día: los senderos de los Almorchones. Qué decir de ellos: curvas reviradas entre piedras y jaras, un par de escaloncitos de piedra y mucha velocidad en los peraltes de arena para llegar a toda velocidad a la carretera de Navacerrada.
Las ganas de llegar a la merecida opcional hizo que en vez de ir en busca del pantano de Navacerrada, algunos tiráramos por el sendero paralelo a la carretera, que aunque algo embarrado y bastante pestilente, nos llevó enseguida a la entrada del Pueblo de Navacerrada, y en un pis-pas a los coches y como no a las cervecitas, torreznos y alitas de pollo con las que brindamos y celebramos la llegada del nuevo año.
De los 22 que empezamos, 18 nos quedamos a la opcional, y es que, ¡¡qué ganitas hay de fiestuqui!!, jajajaja. Como no, al igual que el Ortiz, los Alakan o los Almorchones, la opcional del Porrón (más conocido como “Los Torreznos”), no decepcionan nunca.
Con el fin de la opcional poníamos ayer fin a la última ruta del año. La número 47…una pasada. Los abrazos, las felicitaciones, los parebienes y las ganas de volvernos a ver fueron lo último que hicimos. Eso sí, dar las gracias a Peke por la invitación a toda la opcional; y es que nuestro amigo Alberto cumple 31 años el próximo 3 de Enero: Muchas felicidades por partida doble y de nuevo muchísimas gracias por tu invitación: ¡¡eres grande, Peke!!.

ASI PUES, A TODOS LOS QUE DE UNA MANERA U OTRA PERTENECÉIS A ESTE GRUPO O COMPARTÍS CON NOSOTROS ESTAS GRANDES MAÑANAS DE MTB, OS DESEAMOS QUE TENGÁIS UN MAGNÍFICO AÑO 2.013 LLENO DE FELICIDAD, SALUD, TRABAJO Y MAGNÍFICAS RUTAS COMO LA DE AYER.

Por cierto…el próximo día 7 más y esperemos que mejor (aunque eso es ya casi imposible).

                      
                                                                  Video de Valentin               
                                                                     Fotos de Jesus
                                                                   Fotos de RaFaRu
                                                                   Fotos de Frailman
                                                                         TRACK

2 comentarios:

Anónimo dijo...

MUY BONITA RUTA Y MUY BONITAS FOTOS¿POR DONDE HACEIS LA PROXIMA RUTA?ME GUSTARIA SALIR CON VOSOTROS EN ALGUNA OCASION....
FELIZ AÑO 2013

marek dijo...

No esta claro, estate atento al foro sinpedrolosmejor.foroactivo.com o al facebook

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