domingo, 30 de septiembre de 2012

Canal Bajo, Canal Alto

Cronica de Juan Carlos (JuanCardido)
Las previsiones no invitaban a ir a la ruta programada. El Tres Provincias hay que hacerlo con tiempo favorable o no hacerlo. Así pues, después de ver cómo las webs meteorológicas insistían en que iba a caer la mundial, no quedó más remedio que cancelar la ruta hasta mejor ocasión y convocar casi en el límite de lo razonable una nueva salida que nos librara de ponernos hasta arriba de barro. Los especialistas decidieron que lo mejor era no tentar a la suerte del sábado y posponer la ruta para el domingo, y qué mejor que hacer una por los Caminos del Canal de Isabel II, ruta comodín para días lluviosos y de la que sabes que no vas a pisar prácticamente nada de barro, y es que tal y como decían las previsiones, el viernes fue extremadamente lluvioso y el sábado aunque en Madrid no llovió, por allí arriba sí que lo hizo y bastante bien.
                            
Ni las previsiones más halagüeñas nos hacían suponer la cantidad de coleguitas que nos juntamos. Fue abrir convocatoria en el foro, evento en facebook y dejar algún que otro mensaje en algún que otro foro, y...¡bingo!, en el punto de salida nos juntamos 22. Faltaron muchos, y de hecho a alguno se le echó especialmente de menos, pero ser 22 en la partida fue todo un triunfo.
A las 8:49 de la mañana según el reloj de Nacho, ya estábamos saliendo del aparcamiento de la estación de cercanías de Tres Cantos con un fresquito que más bien era frío. Yo, en mi caso, me vestí de largo ya que los antibióticos y la semana de inactividad me tenían destemplado y totalmente fuera de tono, y no era el único, que los más frioleros estaban ateridos con los 6-7 graditos que marcaba el termómetro a esa hora. Tras callejear un poco, enfilamos la senda al campo buscando la tapia del Soto de Viñuelas, no sin liarnos a esquivar la cantidad de charcos que se habían formado con las lluvias de los dos días anteriores. La arena acumulada se ha convertido en barro deslizante de ese que como te descuides hace te acabes con los huesos en el suelo (y yo no estoy por la labor de besar el suelo otra vez).
                          
La primera rampa que sube hacia la dehesa hace la primera criba de la mañana. Los más en forma se ponen en cabeza y además saltan de la pista hacia los senderitos de la tapia del Soto. Pocos senderos hay para disfrutar en esta ruta, pero en cuanto Diabolik, Sheol, Frailman y alguno que otro más ven un sendero, pierden todo conocimiento y se lanzan hasta el punto de llegar un momento en el que tienen que dar la vuelta para poder volver a incorporarse a la pista de nuevo.
Una vez en la carretera del Canal las cosas no son diferentes. Los fuertes delante y los menos fuertes, detrás. Cabe destacar a Chani, nuestra compañera bicivoladora que aunque venía atrás con nosotros, iba como una auténtica jabata. Y es que somos pocos los que sabemos que acaba de salir de una lesión bastante chunga de una de sus piernas que la ha tenido apartada de la bici bastantes meses. Había que ver a la tía con su Rockrider de 21 velocidades dándolo todo en los malditos sube-baja del Canal. Y como contraste, nuestro amigo el “lechuzo” Valentín (Valiente para los colegas), siempre en cabeza y siempre con el plato grande, ¿tendrá estropeado el cambio?.
                            
En definitiva, que unos mejor y otros peor, íbamos poco a poco consumiendo kilómetros por las odiosas (para mi) pistas del canal. Mientras tanto, los más “cabras”, disfrutaban haciéndose offroads auténticos, sin camino y sin nada, por medio del campo, para matar su ansia. Incluso Karpov, que ha venido del camino más fuerte que el vino de Pitarra (como dice él), se atrevió a seguir la rueda de alguna alimaña...entre las que incluyo ya a Peke, que se está poniendo más fuerte que el vinagre. Las tres o cuatro paraditas de reagrupación ayudaron a los que íbamos más tocados a seguir adelante con más pena que gloria, y sobre todo a recuperar fuerzas para afrontar la subidita del las antenas que coincide con la ruta del Cañón del Guadalix. Allí, en las antenas, reagrupamiento general, tiempo para comer y acaparar glúcidos y foto de grupo, numeroso grupo. Y hablando de fotos: las fotos en nuestras rutas tienen un nombre: Terminal. ¡¡Qué tío!!. Se hizo con las riendas de la organización de la ruta, con las fotos, acompañando a los atrasados, reparando pinchazos. ¡¡Qué tío!! (insisto), estaba en todos los lados: ahora en cabeza haciendo fotos, ahora cerrando ayudando a algún colega rezagado...lo de Jesús es absolutamente impresionante...como he dicho en más de una ocasión; UN LUJO.
                           
Al reiniciar de nuevo la marcha, nos damos cuenta de que ha habido un pinchazo. Con la excusa de ir más fastidiados que los demás (alguno no lo iba, pero bueno), Chani, Pachi, Cymru, Amador, Nacho y un servidor arrancamos sabiendo que los demás nos darían caza en un santiamén después de reparar la rueda. Y así fue. En nada nos volvimos a reagrupar, y en nada los “cabralocas” siguieron buscando senderitos donde no los había y caminos alternativos que realmente no lo eran. Al poco de cruzar la carretera que une San Agustín de Guadalix con Colmenar Viejo, nos damos cuenta de que nos faltan tres compañeros. Uno de ellos había pinchado un par de kilómetros atrás y estuvimos esperando cerca de media hora hasta que afortunadamente vimos como venían ya con la rueda reparada. Lamentablemente esa parada de media hora hizo que nos quedáramos sin una opcional en la que yo hubiera estado encantado de invitar a todo el mundo por las dos cosas que había que celebrar: que no me maté el domingo anterior y por mi cumpleaños. Prometo enmendarlo en cuanto haya posibilidad.
                             
La ruta desde ese punto hasta el final se torno más dinámica y más rápida. No sé si fue la proximidad de las pistas de tierra, las vías pecuarias o los senderos que no eran tales, que la cabeza aceleró considerablemente dejando a los rezagados mucho más rezagados si cabe. Llegar a la parte baja de las pistas del canal, justo en el camino en enfila por los tubos del canal hacia los colegios y ver como salían a la izquierda los senderos paralelos a la tapia del Soto de Viñuelas y ver cómo Diabolik, Sheol, Frailman, Karpov, Peke y algún que otro compi que no conozco salìan disparados a cogerlos, fue todo uno. Mientras tanto otros sufríamos con la pestosa subida que va paralela a los tubos del canal.
                             
Una vez subida la cuesta, y ya en la entrada de la urbanización, algunos decidimos seguir por carril bici y otros, los mismos “cabralocas” decidieron que lo mejor era tirar por el sendero paralelo a la tapia, al menos hasta reagruparnos en la gasolinera de entrada a Tres Cantos. Y desde allí, todos ya en grupo, por carril bici, en el que estuve tentado de hacer alguna que otra foto a algún que otro biker para hacer escarnio popular (jajaja),  y callejeando por Tres Cantos, acabamos llegando al aparcamiento de nuevo.
                             
4 horas, 34 minutos y 53 segundos después de haber empezado, o sea, a las 13:23 según el GPS Nacho, que fue el primero en llegar, decidimos que lo mejor era tirar cada uno para su lado y dejar la opcional para un momento mejor. Abrazos, sonrisas y muy buen rollo al despedirnos después de haber pasado juntos una magnífica mañana.
                            
De todas maneras, no está nada mal: casi 50 km y cerca de 700 de acumulado que no caerán en saco roto a la hora de preparar lo que ya si parece que es nuestro asalto definitivo al Tres Provincias la semana que viene.
 Minicronica de Jose Manuel (Frailman)                                                              
 Pues hoy, salida organizada por los Simpedrolos, que haciendo honor a su nombre nos han deleitado con una vuelta por los caminos del canal, pista pista pista, con un tramo senderil entretenido, ya a la vuelta, los

paisajes bonitos bonitos, como curiosidad, una nuve se a quedado cortando la sierra por la mitad, los parajes, en los que esta presente la mano del hombre, tanto por el canal en sí, como por las casas ya abandonadas, están muy integradas en el paisaje, la vista de Madrid quitando Mordok(4 torres), también 
bonita, y la mirada hacia la sierra, que decir, que algún bache me he comido por mirar. La compañía, de lujo, mi corva, parece que mucho mejor, anécdotas, pues tantas como bikers, creo que 20 o mas, especial 

mención para la valerosa Chani, que no se arruga con na, Victor y Diavolik, que se han quitado el mono, con los senderos y atroches del final , yo con ellos. La paciencia infinita de Terminal, parriba y pabajo, 

incansable, Nacho que ha desertado hoy de la Mondraker, un compi nuevo que no recuerdo su nombre, Juancar, Rafa, Angel, que jodio que alegria de verlo rodando, y etc etc etc asta 20 o mas...... a....... y a.............
A todos muchas gracias por hacer que me lo pase tan bien.
                                                                   Fotos de Valentin
                                                                     Fotos de Jesus
                                                                 Fotos de Juan Carlos 

domingo, 23 de septiembre de 2012

Hasta la Camorca y más allá.

Crónica de Juan Carlos (JuanCardido).

Vicálvaro 7:30 de la mañana
Tras cargar las bicis de Pablo y Javi en mi coche y en el de Jesús, y justo a las 7:45, ponemos rumbo a Cercedilla en una madrugada fresquita. Aún no había salido el sol y ya estábamos en camino hacia nuestra ruta preparatoria del Tres Provincias. Hoy toca subir la Fuenfría dos veces y coronar hasta el refugio de La Camorca. Amador nos hará de guía por si queremos hacer la ruta un poco más larga y por tanto más durilla.

Las Dehesas-Casa Cirilo: 8:45
Después de una hora de coche charlando de lo divino y de lo humano, llegamos al punto de quedada: Parking de las Dehesas al lado de Casa Cirilo. Ya estaban por allí Mariano (Trisqui), Peke (Alberto), Davigon (David), en representación de nuestros coleguitas los bicivoladores y Cronos (Amador), y según llegamos nosotros cuatro, fueron apareciendo el Negro (Jose), Pachi, Enrique y César (amigo de Peke).

Tras los saludos de rigor y la reparación de la rueda trasera de Pachi, nos ponemos en marcha hacia nuestro primer destino de la mañana: El alto de la Fuenfría. Eran ya las 9:05.  

Alto de la Fuenfría: 10:15
La subida a la Fuenfría la hicimos todos a un muy buen ritmo, no en vano estábamos coronando tan sólo una hora después de salir del aparcamiento de Las Dehesas, y eso que hicimos un pequeño parón en el mirador de los poetas para reagrupar con Pachi y Pablo que venían un poco más atrás. Por delante el Negro ya estaba haciendo de las suyas, se cogió la rueda de un biker y se fue con él hasta el alto del puerto y tuvo la desfachatez de bajar a recogernos y volver a subir con nosotros...vaya pedazo de fiera que está hecho el tío.

Los demás fuimos llegando al alto a cuentagotas, unos más enteros, otros más cansados, y otros habiendo hecho un sobreesfuerzo que luego pagarían.

Fuente de la Reina: 10:30

¡¡Qué espectacular es la bajada del puerto en el lado segoviano por la calzada romana!!. A mi modo de ver no hay apenas peligro, tiene una buena pendiente y discurre por un entorno fantástico, verdecito incluso en verano. Eso sí, a estas alturas del año ya hay que echarse como poco un cortavientos ya que más que frasquete lo que hace es frío, y venir con al sudada de la subida y bajar a toda velocidad con ese frío, no es nada recomendable.

La reagrupación la hacemos en la fuente de la Reina, donde aprovechamos algunos para comer alguna cosita antes de iniciar el reto de la subida a la Camorca, siguiente punto de destino de la ruta. Una vez reagrupados nos armamos de valor y al lío!!.

Refugio de la Camorca: 10:50
Con toda la razón Amador nos advirtió de cómo era la subida al alto. A mi personalmente me recordó un poco a Paquirri cuando dijo aquello de: “La corná tiene tres trayectorias...”, jejeje...Cronos dijo: la subida tiene tres “escalones”, yo, a la mínima me subo andando que es tela de dura...¡¡¡y no le faltaba razón!!.
Tras esperar a Enrique que se había quedado un poco atrás en la fuente de la Reina, cogimos un desvío a la derecha de la pista de la República para enfilar un sendero que en menos de 50 metros se empinaba como alma que lleva el diablo.
La mayoría iba ya a su trantrán, cuesta arriba, con todo el hierro metido y tratando de controlar la tracción de la rueda trasera. Yo, desde atrás vi como Amador y Pachi se bajaban de la bici, y por allá delante alguno también hacía uso del empujabike, unos por perder tracción y otros por toparse con los compis que iban andando y perder el ritmo, como fue el caso de Pablo que rodaba justo delante de mi. Yo, por mi parte superé con más pena que gloria los dos primeros escalones, pero el tercero fue demasiado para cualquiera. Todos menos uno subimos a pie hasta lo alto, y es que la última rampa con el suelo tan roto, las roderas de los coches de los forestales y la piedras sueltas hacían imposible mantenerse en pié encima de la bici. Bueno, imposible del todo no, porque el Negro subió hasta prácticamente el final; tan sólo le quedaron unos 15 metros de subida, pero para el caso es como si lo hubiese completado, ¡vaya máquina que está hecho el tío!.

Arriba, en el alto soplaba un viento impresionante y hacía bastante frío, pero las vistas son espectaculares. Aprovechamos para comer un poco más disfrutando de las vistas refugiados por la caseta de los forestales. Pudimos observar la bola del mundo (lo que nos acordamos de nuestros amigos del Comando sin Rumbo que andaban por allí), el puerto de Navacerrada, toda al zona de Valsaín, la Granja...unas vistas geniales.
Tras la foto de grupo y para dejar ya de pasar frío, enfilamos la bajada hacia nuestro siguiente destino del día.

La decisión: 11:10
Una vez bajada La Camorca por un sendero que bien podría ser una trialera en toda regla, divertida y complicada a partes iguales, llegamos a la pista que baja desde la carretera de la República hasta el comedero de buitres.

Allí, por decisión casi unánime y viendo que íbamos bien de tiempo y sin ningún contratiempo especial decidimos que o bien nos volvíamos por el camino a la derecha hacia la fuente de la Reina o bien tirábamos pista para abajo hacia el comedero de buitres. Optamos por la segunda opción, prolongar al ruta en distancia, tiempo y complejidad, porque salvo Amador y unos pocos más, no teníamos ni idea de todo lo que nos quedaba por bajar....y subir.
 

Comedero de buitres y reventón: 11:20
La bajada de la pista hacia el comedero trajo consigo la primera de las incidencias de la mañana: una piedra en punta hizo que mi rueda trasera sufriera un reventón, por lo que tuvimos que parar a repararla.
Qué pasada ver cómo aún casi sin bajarme de la bici, ya tenía la rueda quitada y ya estaba Amador liado a desmontar la rueda. En un abrir y cerrar de ojos cambiamos cámara y nos pusimos de nuevo en marcha rumbo al comedero de buitres.

El viento se hacía cada vez más intenso, incluso llegué a ver cómo Jesús se inclinaba en la bici en el sentido contrario al viento lateral que le estaba azotando como si estuviera tomando una curva de un circuito del mundial de MotoGP...

Pero lo más mosqueante es que bajábamos, bajábamos y no dejábamos de bajar...teniendo en cuenta que el alto de la Fuenfría está a cerca de 1800 metros de altura, y al ver cómo en el punto más bajo del comedero, la pista de la Acebeda, mi GPS marcaba 1360 metros, entonces la conclusión es fácil. Desde ese punto nos quedaban casi 500 metros de desnivel que volver a ascender antes de coronar de nuevo la Fuenfría.

De nuevo en la fuente de la Reina: 12:40
Tres horas y media de ruta llevábamos ya cuando hicimos el reagrupamiento en la fuente de la Reina. ¡Qué pestosita se hace la subida por asfalto desde el comedero!. Es engañosa y traicionera. El buen piso y el escaso desnivel inicial invitan a darle caña, pero justo al final empiezan una serie de rampas traicioneras que hacen que llegues con las fuerzas justitas al merecido descanso de la Fuente de la Reina.


Todos íbamos ya un poco tocados, unos con el cuadriceps a tope, otros con la pierna dolorida, otros especialmente cansados, y algunos que decían que iban mal..no lo iban tanto, jejeje.

Alto de la Fuenfría (II): 13:10
No me lo podía creer. En media hora escasa estábamos de nuevo en el alto de la Fuenfría. Todos subimos a muy buen ritmo, unos con más potencia como Jesús, Amador, Enrique, Negro, Trisqui y Pachi, y otros con más cadencia pero esprintando al final como Peke, y otros más ligeros y a una media de algo más de 8 km/h como César, Pablo y yo.
Otros iban un poco más tocados como Davigon y Javi (y es que los excesos se pagan...jejeje).

En el alto de la Fuenfría Enrique, Pachi y Davigon (con calambres en las piernas), decidieron bajarse por la pista de república para ir más ligeros y con menos esfuerzo. Algunos estuvimos dudando por donde tirar, y al final los que nos quedamos (9 en total), estuvimos dudosos de si tirar por la vía XXIV o por el Camino Viejo...y la verdad visto lo visto lo mejor hubiera sido el camino XXIV, pero las cosas no se saben nunca a priori porque Rappel no estaba invitado a la ruta...

El vuelo del páharo (jejeje...yo): 13:40
En el cruce del Camino Viejo y la vía XXIV lo estuvimos dudando...por un lado...por el otro, pero Trisqui nos sacó de dudas, agarró su rockrider y se tiró Camino Viejo abajo...y ninguno le dijimos que parara, jajajaja. Así pues...para abajo todo el mundo.

Yo iba el tercero tras Trisqui y Terminal, y ya en el segundo puente decidí ir por delante porque los escalones y los pasos me gusta pasarlos algo ligerito.
Todo iba bien, controlando, sin riesgo, incluso bajábamos despacio, cuando a la salida de una de las trialeras, ya sin ni un solo pedroso, en una parte más bien lisa y con piedra suelta, fui a frenar con la rueda de atrás para esperar y reagrupar cuando no sé de que forma me fui por encima de la bici: golpe en la muñeca derecha, rodilla y hombro izquierdos, cara (la gafas) y siete puntos de sutura en la parte interior de la boca...

Una vez realizados los primeros auxilios nos pusimos en marcha para recorrer los escasos kilómetros que nos separaban de los coches. Y unos antes, otros depués, unos magullados y otros no, acabamos el periplo del día 5 horas después de empezarla: justo a las 14:10 de la tarde.

Conclusión:
Excepto el golpe del final que no cuenta en la nota media (jejeje), el día fue excelente. Un tiempo fresco e ideal para pedalear. Casi 40 km y 1100 metros de acumulado en el cuerpo, ideal para preparar el Tres Provincias si es que el tiempo permite hacerla el sábado que viene.
Una ruta bonita, a ratos dura y siempre muy divertida, con un grupo de gente que cada vez nos lo pasamos mejor, y con un grupo humano que me hizo casi emocionarme cuando me encontré como me curaban las heridas y como se interesaban por mi todo el tiempo.

Como decimos siempre, y no nos hartamos de repetir, la ruta bien, muy bien (salvo incidencias), pero lo mejor, sin duda, EL GRUPO.
PD: Digno de mencionar a César...otro makinón...con V-brakes, bici rígida y sin haber pisado la sierra, se ha metido este rutón entre pecho y espalda como un auténtico campeón...además en cabeza...este Peke nos trae cada figura....que tela, jajajaja
                                                                 Fotos de Jesus
                                                                      TRACK

domingo, 9 de septiembre de 2012

De Redueña a La Cabrera por las dehesas

 Crónica de Juan Carlos (Juancardido)
La vuelta ciclista a España nos impidió que cumpliéramos los planes que teníamos previsto en un principio. La idea inicial era subir a las Dehesas de Cercedilla para que, saliendo desde casa Cirilo, partiéramos camino a la Camorca, pero dado que la última etapa de salía justo de Cercedilla sobre las 14:00, decidimos evitar la posibilidad de quedarnos encerrados por allí e irnos a buscar otros horizontes. Como además coincide que estamos empezando las primeras rutas después de las vacaciones de verano, y que la ruta de aniversario del Comando sin Rumbo de la semana pasada sirvió como muy buena introducción a la nueva temporada, pensé que una ruta algo más exigente que la anterior sin ser especialmente dura y que nos permita ir cogiendo forma poco a poco era lo más apropiado. Además, si a esto le unimos que la zona por la que transcurre la ruta no es de las zonas habituales, pues entonces la ruta de ayer era firme candidata a ser la elegida finalmente. La ruta transcurre básicamente por tres dehesas: la de El Vellón, la de Venturada y la de La Cabrera. Una ruta circular que en muy pequeñas dosis tiene casi de todo: senderos, caminos, paisajes, alguna pequeña trialera... Así pues, a las 8:45 ya estábamos los diez amiguetes que habíamos quedado en esta ocasión: Javi, Jesús, Pablo, Pachi, Amador, Peke, Jose, Rubén, Adri y yo, listos para empezar a dar pedales desde la ínfima plaza del pequeñísimo pueblo de Redueña que era exactamente el punto inicial de la ruta de ayer.Como yo era el que había propuesto la ruta, tenía la responsabilidad de ir guiándola y de ir pendiente de que la ruta transcurriera perfectamente.


Por tanto, a la hora esperada, inicié el camino enfilando una larga cuesta abajo de 1 km que hizo que nuestros cuentakilómetros marcaran 56 km/h sin dar ni un solo pedal. La bajada era un  espejismo: una corta excursión por la carretera en dirección a Torrelaguna, con una pendiente ascendente más o menos considerable era lo siguiente, y lo siguiente a ésta, el primer giro a la derecha para salir de la carretera y empezar a subir el siguiente kilómetro ya por camino y cuya pendiente media es de cerca de un 8% con algún tramo al 12%. Nada especialmente complicado, de hecho hemos subido tramos mucho peores, pero siempre es molesto que te pille algo así justo al inicio de la ruta, sin calentar y después de la ilusión de la primera bajada. Lo bueno es que es la única subida de estas caracterísiticas en toda la ruta. El resto son pequeñas subidas fáciles de verdad. Esta primera rampa nos lleva a la parte alta de la colina donde se asienta la urbanización “Cotos de Monterrey”, en el término municipal de El Vellón. Una vez coronada la colina, varias veredas nos llevan en tramos de pequeños sube-baja hasta el mismo pueblo, el cual, y por un pequeño error mío, no atravesamos, sino que lo pasamos de largo yendo a buscar la dehesa del pueblo.
 
La dehesa de este pequeño pueblo es enorme, teniéndola que bordear en casi toda su extensión hasta ir a buscar la entrada principal de la urbanización Cotos de Monterrey y atravesar la A-1 por el puente que da acceso a dicha urbanización. Todo el camino es un continuo sube-baja que a alguno ya le empieza a molestar un poco. Nada más cruzar el puente de la A-1, enfilamos una bajada bastante peligrosa por la cantidad de roderas, arena, piedras sueltas y árboles situados en puntos estratégicos, que nos lleva hasta la carretera que comunica la A-1 con Guadalix de la Sierra. Lástima de lo poco que está lloviendo porque da pena ver el estado del pantano de El Vellón...casi vacío. A partir de aquí, de nuevo una subida ya por asfalto nos lleva por la calle principal (y antigua N-I) por el pueblo de Venturada a buscar su dehesa. Las vistas desde lo alto del pueblo de las dehesas de reses bravas y de toda la extensión de la sierra de La Cabrera son espectaculares.


De nuevo bajada desde Venturada hacia su dehesa para llegar recorriendo una pista en perfectísimo estado hasta la entrada del pueblo de Cabanillas de la Sierra. Antes de llegar me doy cuenta de que tanto Amador como Peke, su hermano y yo vamos demasiado deprisa, por lo que tenemos que bajar el ritmo para poder agruparnos convenientemente e ir todos más o menos juntos, cosa difícil ya que tanto Peke como Negro imponen un ritmo infernal en cabeza, jajaja. Aquí, en la entrada de Cabanillas de la Sierra, hacemos la primera foto de grupo y la parada para comer ya que estamos exactamente a la mitad del recorrido.

Como curiosidad, el siguiente tramo de unos tres kilómetros coincide con la llamada “Ruta del Toro de Cabanillas de la Sierra”. Parece ser que en esta ruta senderista se puede encontrar el primer toro de Osborne que se instaló en nuestras carreteras. Si queréis ver el trazado de ésta ruta, podéis pinchar en éste enlace: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=291674
Siguiendo la “Ruta del Toro” subimos la primera de las veredas de la dehesa con fincas de reses bravas tanto a derecha como a izquierda, y tras cruzar la carretera de Cabanillas, seguimos por una vereda en sombra, llenita de fresnos y hasta arriba de arena. Sigo diciendo que es una pena que no llueva puesto que la primera vez que pasé por este mismo sitio, era un espectáculo rodar por suelo granítico que no hace barro y que emanaba muchísima agua en muchos tramos. El final de esta vereda lleva por un sendero fácil y curioso hasta el camping de La Cabrera. A esta altur algunos ya iban un poco tocados. La falta de salidas en un tiempo empieza a pasar factura; gracias al maestro y a sus lecciones de “sierrapedia” como dice Rubén, a algunos la marcha se les hizo más llevadera. Una vez atravesado el pueblo de La Cabrera, enfilamos hacia un sendero que discurre por un precioso robledal (esto ha de estar maravilloso en otoño), hasta un mirador natural en el que podemos apreciar todo lo que hemos subido, y una magnífica vista del macizo de La Cabrera y del Pico de la Miel. Aquí volvemos a hacer foto de grupo y continuamos nuestra ruta teniendo mucho cuidado con una serie de bikers que estaban participando en una prueba ciclista por la zona.

Desde el mirador natural comenzamos la bajada de una pequeña pero traviesa trialerita que a más de uno le ha dejado con ganas de más y a más de otro le ha hecho acordarse de mis familiares, jejejeje, pero al final todos contentos, que es lo que cuenta. El bosque de robles se convierte en bosque de encinas, robles, fresnos y jarales. Un sitio muy, muy bonito con un magnífico olor a campo (tomillo, romero...) y que nos lleva por sus caminos llenitos de arena, de hecho en algún punto parecían verdaderas playas, hasta volver de nuevo a las cercanías de la A-1.

Un par de pequeñas rampas nos llevan hasta las dos últimas bajadas de la ruta, una primera por pista, espectacular y peligrosa a partes iguales con un par de tramos de diferentes características: uno que se pasa más como una vereda, y otro, de mayor desnivel que es más bien una pista. El camino acaba desembocando en las pistas del canal de Isabel II, que en dos o tres zetas y con una pendiente descendente bastante curiosa, nos lleva directamente a la plaza de Redueña, punto final e inicial de nuestra ruta, donde quedo muy satisfecho de cómo ha salido todo: las sonrisas en los rostros lo atestiguaban así.

Ha sido, en definitiva, una mañana genial. Una ruta bonita, variada y poco exigente. El reencuentro con Rubén que hacía mucho tiempo ya que no se apuntaba a una, y la asistencia de nuevos amigos para unos y grandísimos amigos para otros (Adri). Además hemos tenido la suerte de no padecer ningún contratiempo: ni caídas ni averías ni pinchazos. Algo poco habitual últimamente.

La opcional final festejando el cumple de Rubén (gracias tío por la invitación), puso punto final a una magnífica mañana de bici...la próxima más y mejor.
                                                                      Fotos de Jesus
                                                                 Fotos de Juan Carlos
                                                                       TRACK

domingo, 2 de septiembre de 2012

Aniversario del Comando sin Rumbo

                                                                            Fotos de Jesus
                                                                Fotos del Comando sin Rumbo