domingo, 24 de octubre de 2010

Al puente medieval por la Marmota


A la hora convenida nos reunimos en el aparcamiento de la estación de Tres Cantos para realizar una ruta clásica del mountain bike madrileño, íbamos  a ir hasta el puente medieval pasando por otro puente famoso, el de la Marmota y su trialera pedrolera. Pachi, Jesús, Nacho, Roberto y yo en representación de los “sinpedrolosmejor” y la presencia siempre bien recibida de Álvaro (Nrain), que aparte de hacernos compañía nos iba a indicar el trayecto ya que él lo ha realizado varias veces. Después de un pequeño tramo de asfalto que nos sacó del casco urbano atravesamos el carril bici y nos adentramos en la pista que lleva al arroyo Tejada y tras una desviación de su trazado natural meternos en una zona de monte bajo que nos iba a llevar a nuestra primera dificultad el mirador de Valdelaganar, donde aparte de hacer las correspondientes fotos pudimos observar la zona hacia la que nos dirigíamos, después de una bajada con alguna que otra trampa de arena llegamos a otra dificultad en forma de subida “cortopetante” como diría Álvaro, solo el se atrevió a hacerla, los demás la bordeamos por un caminillo que nos llevo poco después a encontrarnos con nuestro esforzado compañero, aquí abandonamos la pista mas o menos ancha que seguíamos para meternos en un sendero que discurre paralelo a la valla del Pardo, a la derecha veíamos las ruinas de la central eléctrica de la Marmota , después de sortear algún que otro paso más estrecho de lo normal llegamos a la trialera en bajada que nos llevó al puente de la Marmota en su cruce con el río Manzanares, Álvaro volvió a lucir sus dotes de descender y bajo el primero esperándonos en el puente, los demás bajamos con menos lucimiento pero seguramente con mas seguridad. Nuevas fotos y comentarios nos entretuvieron unos minutos, y como todo lo que se baja hay que subirlo después nos dispusimos a salir de este barranquillo por una cuesta que conduce a un tramo continuado de senderos con vistas al rió, cuando podíamos mirar porque había que sortear continuamente pequeños árboles y arbustos que entorpecían el camino, éste nos deja en una pista más ancha que en ligero ascenso nos deposita en el cruce de la carretera de Hoyo de Manzanares, después de cruzarla la ruta nos dejaba en una pista ancha que nos tras un ligero descenso y después de cruzar algún arroyo y pasar alguna finca con toros bravos al puente medieval, a lo lejos se veía a los miembros del club Mammoth que estaban de ruta por la zona, llegamos al puente y allí dimos cuenta de los alimentos que llevábamos y después de un rato de charla y dejar pasar al grupo Mammoth iniciamos la subida que nos dejó en la entrada de la zona de las trialeras de Colmenar que coincide con el camino de Santiago, la zona la pasamos dignamente procurando poner pie a tierra lo menos posible y casi sin darnos cuenta y después de pasar un arroyo que llevaba bastante agua llegamos a las vías del tren, desde aquí el camino mejoraba y entramos en Colmenar al poco tiempo. Hubo que callejear para llegar a la  ermita y la carretera del cementerio que es la salida natural del pueblo en dirección a Tres Cantos, como aquí la carretera tiene un desnivel pronunciado cada uno bajo a su ritmo, algunos aprovechamos para comentar la zona y otras salidas anteriores. Al llegar al arroyo Tejada nos reagrupamos y reiniciamos la marcha que después de numerosos vadeos del riachuelo nos llevaría a la ultima dificultad del día la cuestecilla que nos llevaría de nuevo a la M-607, como las fuerzas andaban un poco justas la subida la hicimos al tran tran y nos volvimos a reagrupar arriba del todo para hacer juntos la entrada en el aparcamiento, después de guardar las bicis nos acercamos a un bareto cercano, momento en que nos cruzamos con algunos colegas de los “Rodanderos” que habían estado en el soto de Viñuelas, tras un par de cervezas nos despedimos hasta el próximo día en el que esperamos pasarlo igual de bien que hoy.
Las fotos del dia

sábado, 16 de octubre de 2010

Tres Provincias



Desde que el año pasado no pudimos llegar al Tres Provincias algunos de nosotros lo teníamos como un reto, por fin había llegado el momento de medir nuestras fuerzas con esta montaña cuyo nombre en los mapas es Cebollera Vieja, los casi 23 Kms. continuados de subida iban a dar nuestra verdadera dimensión. Para esta aventura nos reunimos trece amigos en el pueblo de Horcajuelo de la Sierra:  Javi Martín, uno de los que más ganas tenia de conseguirlo ya que el año pasado no pudo ni intentarlo, Alvaro, que ya habia subido en una nocturna, Maria, tambien la ha subido de noche, una lección de pundonor para todos nosotros, Victor, en una semana habia subido de dia y de noche, Nelson, que venia casi sin dormir y no pudo dar todo de si, Fernando, otro que ya lo habia conseguido pero no pudo evitar la tentación, Rafa, hace un año ya habia derrotado al Tres Provincias  pero le va la marcha, Efrén, cuanto ha mejorado subiendo, el año pasado que mal lo pasamos, y ahora los SinPedrolos, Pachi, a su ritmo llega a cualquier sitio, Nacho, en pocas como esta se ha visto pero ha cumplido con nota, Roberto, otro que tenia la espinita clavada desde el año pasado, Jesús, una demostración de superación después del susto que le dio el corazón y por último yo Javier,que por fin he podido llegar al Tres Provincias, el año pasado sufrí subiendo como un perro pero todo llega. Recordar también a todos los que por unas causas u otras no nos han podido acompañar y que seguramente son los que nos hagan volver.
A las nueve menos cuarto mas o menos empezamos a pedalear, para salir de Horcajuelo se empieza en bajada y entre la velocidad que se cogía y el fresquete que hacia echábamos en falta mas ropa de abrigo, por suerte antes de darnos cuenta ya estábamos dando pedales cuesta arriba, la subida no nos iba a dejar en muchos kilómetros así que cada uno empezó a acoplarse a un ritmo llevadero, había algunos que o por problemas mecánicos o por que no era el día no iban todo lo sueltos que les gustaría, pero para eso estábamos los compañeros, para procurar que se sintieran acompañados en todo momento, así creo que todos rodamos en algún momento con cada uno de los compañeros de aventura, incluso los que van sobrados, no doy nombres ellos y nosotros sabemos quienes son, que no tienen ningún reparo en pararse a esperar a veces mas de 20 minutos. Después de algún que otro reagrupamiento llegamos a la altura del Puerto del  Cardoso, esta vez no salimos a la carretera sino que seguimos unas rodadas que nos llevaron después de rodear una casa a enlazar con el camino clásico, a partir de aquí el camino alternaba rampas duras con tramos de falso llano con vistas a la sierra de Ayllón y el pico del Lobo, en estos momentos el que mas y el que menos aprovecho para comentar la dureza de la ruta y los espectaculares paisajes que se abrían a nuestros ojos, ya teníamos a tiro el collado, por el camino nos fueron adelantando otros ciclistas  aunque luego los volvíamos a pasar, de hecho al llegar a los Mosquitos yo me permití el lujo de esprintar para adelantar a uno de ellos, aquí hicimos la primera parada larga del día en espera de volver a juntar a todo el grupo, hubo un detalle especial cuando llego Javi Martín y le hicimos el “momento Tour” animándole y corriendo a su par, después de comer un poco, recuperar el aliento, hacer fotos y departir con colegas de otros grupos, iniciamos el plato fuerte del día el asalto definitivo que nos llevaría  al triunfo o a la derrota, desde la cota 1900 teníamos que llegar a los 2150 del Tres Provincias, cada uno tenia en mente que lo principal era llegar así que quitando Álvaro, Víctor y Efrén que pusieron el turbo los demás nos lo tomamos con tranquilidad, el terreno a partir de aquí tenia mucha piedra suelta lo que unido a los repechines nos hacia sufrir mas de la cuenta, llegamos a un collado en el que las vistas eran espectaculares, un mar de nubes en la vertiente segoviana de los montes Carpetanos servia para infundirnos ánimos  y  para pensar que solo por eso merecía la pena pasar algún rato malo, aquí hicimos otra ración de fotos y poco a poco fuimos reiniciando el camino, nuestra meta ya estaba a la vista y ya empezábamos a cruzarnos con senderistas, después de otro ratillo y una cuesta pedrolera en la que Javi Martín cogió la bici a hombros nos reagrupamos para llegar a nuestra meta todos juntos, ya teníamos a la vista el monolito indicativo del pico, dejamos las bicis y nos dedicamos a inmortalizar este momento, alguno se subió con bici y todo al vértice geodésico. Aquí tuvimos un fallo al no fiarnos de Javi Martín y su momento barrita “de lomo”, nadie compro pan así que tuvimos que dejarlo para mejor ocasión. A partir de aquí iniciamos un descenso en algunas partes demasiado pedrolero pero que creo que todos disfrutamos como niños hasta que enlazamos con otra pista forestal en mejor estado pero que picaba para arriba sin piedad, Fernando tuvo el primer pinchazo del día que se reparo con celeridad, seguimos nuestro camino por una pista en buen estado y bordeada de pinos por un lado y con unas vistas por el otro lado que se salían de lo normal, en este momento Álvaro, Víctor y Efrén nos habían dicho hacia rato adiós y se lanzaban hacia la meta a toda velocidad, los demás íbamos un poco mas tranquilos, Fernando volvió a pinchar y se quedo junto con Javi Martín y Rafa reparando los demás iniciamos el descenso vertiginoso que nos llevaría en poco tiempo a Horcajuelo y nuestros coches, la mayoría tuvo que irse rápidamente pero allí nos quedamos unos cuantos a dar buena cuenta de un bocata de lomo y a comentar el espléndido día de mountain bike y compañerismo que habíamos disfrutado.

Aqui estan las fotos de Jesus,
las de Nacho,
las de RaFaRu,
las de Alvaro (Nrain)
La Cronica de Javi Martin

domingo, 10 de octubre de 2010

Canal Bajo, Canal Alto



Las fotos de Jesus y las de Nacho

sábado, 2 de octubre de 2010

Ponton de la Oliva - Arroyo Reduvia


 Cuando llegue al lugar donde habíamos  quedado ya me estaban esperando Nacho, Jesús y Pachi, también estaban allí los colegas de Enduro Centro dispuestos a hacer su ración semanal de piedras. Mientras me ponía las zapatillas y montaba la bici ellos iniciaban su ruta. Poco después nosotros empezamos a pedalear, tras parar un momento en las cercanías del Pontón de la Oliva a hacer alguna foto iniciamos la subida por la carreterilla de Alpedrete, empezar en frío con estas rampas no es lo mejor pero no podíamos hacer otra cosa, así que cada uno lo hizo como pudo y cuando llegamos a la máxima altura hicimos un reagrupamiento y ahora sí seguimos por la carretera disfrutando del paisaje y aprovechando que no había cuestas nos fuimos poniendo al día, llegamos a la altura de Alpedrete de la Sierra, pequeño caserío hundido en un barranquillo y lo dejamos atrás por la carretera que une este pueblo con el vecino de Valdepeñas de la Sierra, al poco dejamos el asfalto y en ligero ascenso seguimos nuestra marcha, después de atravesar un puente y subir por una pista un poco pedregosa llegamos a una encrucijada de tres caminos, gracias al GPS no tuvimos problema en tomar la dirección correcta, las vistas de los montes lejanos nos hacían parar de vez en cuando y comentar la soledad en la que estábamos inmersos, así Pachi y Jesús aceleraron un poco y casi hacen lo mismo que el día del Segundo Pilón, por suerte les pudimos avisar a tiempo, aunque visto como se desarrollo el día a lo mejor deberíamos haber seguido de frente y hacer la ruta mas larga. Cogimos otro camino que salía de la pista principal y desde el principio nos mostró sus armas, mas piedra suelta, más estrecho y con unas bajadas cortadas a pico de cuando en cuando, después de una de esta el camino se convertía en senda y cuando la terminamos nos encontramos metidos en un caminillo estrecho y lleno de piedras con una caída a la izquierda que no invitaba a perder la concentración ni un momento, bajamos montado todo lo que pudimos, pero llego un tramo que nos obligó a descabalgar definitivamente, ya intuíamos en donde nos estábamos metiendo pero no había otra que seguir adelante, como fin de fiesta atravesamos una especie de túnel formado por zarzas y rosales silvestres y adornado con un gran charco, cada uno paso como pudo procurando que las espinas de los arbustos nos marcaran lo menos posible, nos encontramos en el lecho seco del arroyo Reduvia y no se veía con claridad por donde íbamos a salir de allí, de hecho hubo algún momento en que pensamos que tendríamos que seguir la seca corriente de agua tal era el lío en el que estábamos, visto que no estaba claro el camino a seguir y mientras Pachi y Jesús aprovechaban el momento para comer moras, cogí el GPS y busque el camino sin la carga de la bicicleta, por fin di con él y como temíamos el desnivel que habíamos bajado había que subirlo, con la carga añadida de las bicicletas, la primera rampa nos corto la respiración, pero cuando vimos lo que nos quedaba la moral nos bajo a los pies, por suerte mis compañeros son también amigos y no salió ningún reproche por la ruta en la que les había embarcado, bueno pues después de empujar las bicis bastante rato y montar mas bien poco alcanzamos una pista en la que por fin pudimos montar y pedalear a gusto, a partir de aquí la ruta se introdujo en un pinar y después de dejar un par de cruces, al final de una bajada y al lado de un pequeño refugio con vistas al embalse del Atazar dimos cuenta de la comida que llevábamos. Cuando terminamos iniciamos un bonito descenso por un pinar lleno de curvas que nos llevo hasta el río Lozoya, lo vadeamos con facilidad y empezamos el camino de vuelta por una buena pista, aquí creo que cometimos otra torpeza cual fue no seguir el track original porque iniciaba una subida y seguir paralelos al río por los senderos que hay por allí, al principio no hubo problema, pero poco después se fueron haciendo cada vez mas intransitables con nuestras bicis, hasta llegar el momento en que hubo que bajar y hacer otra buena sesión de empujabike, después de andar mas de lo deseado y al llegar a la altura de las paredes calizas que se usan para escalar pudimos pedalear otro poco, para volver al rato a hacer no empujabike, sino cargabike, por suerte alcanzamos la plataforma de la presa y poco después llegábamos a los coches después de mas de cinco horas de ruta. Quedan una pregunta en el aire, ¿habría sido mejor hacer la ruta larga?, a la vista de los mapas posiblemente pero hasta que no volvamos otro día a hacerla no lo sabremos, desde luego yo la tengo en mente. Gracias a mis compañeros por no poner pegas a la ruta, que las tiene, así da gusto preparar proyectos. Nos vemos en la próxima.

Las fotos de Jesus y las de Nacho