domingo, 2 de agosto de 2009

Hasta la fuente de la reina



Aprovechando que el primer domingo de Agosto iba a estar en la sierra quedé con Jesús y Roberto para hacer una rutilla por la zona de Cercedilla. A las nueve de la mañana estabamos montando las bicis en los aparcamientos de la dehesas de la Fuenfria, sabiendo que la parte dura del camino estaba al principio, empezamos a subir tranquilamente, como ya es habitual en las ultimas salidas pronto se vio que Jesús y su no consumo de cereales para desayunar nos iba a marcar el ritmo. La subida nos daba tiempo para ir comentando el paisaje y lo que pensábamos hacer en las inminentes vacaciones, después de pasar un ligero repecho nos encontramos en la zona de los miradores, aprovechamos el momento fotográfico para recuperar un poquito y ver que no íbamos a ser los únicos que se habían decidido a rodar por la bonita zona del valle de la Fuenfria. Despues de descansar un poco seguimos

subiendo en dirección al puerto, como en esta zona el desnivel es muy bajo nuestra marcha era bastante rápida así que enseguida llegamos al mirador de la Reina o de la Calva, un magnifico balcón sobre todo el valle, la pena es que el día estaba un poco brumoso , aun así las vistas alcanzaban una gran distancia, llegando a verse el pantano de Valmayor y toda la zona del monte Abantos y el Escorial. Culminar el puerto no nos llevo apenas tiempo, allí había varios ciclistas y senderistas, cosa por otra parte normal en ese enclave privilegiado, nosotros seguimos en dirección a Segovia después de hablar un rato con un grupo de ciclistas que se dirigían a Valsain a comer, la verdad es que bajamos con ellos hasta llegar a la fuente de la reina, allí dimos buena cuenta de las correspondientes barritas y piezas de fruta que nos darían la energia suficiente para regresar por el mismo camino que habiamos

usado, primero al puerto en una subida fatigosa por la cantidad de piedras que hay repartidas por el suelo, y luego en una bajada disfrutona hasta donde teníamos los coches. La bajada no tiene mas dificultad que tener la precaución de no llevarnos por delante a algún senderista o a un ciclista. Al llegar a los coches Roberto nos dijo que fuéramos a Navacerrada a tomar el merecido aperitivo ya que el conocía un buen sitio, así lo hicimos y alli que nos fuimos, Roberto llevaba razón el bar y el camarero daban la talla, no como algún otro que conocemos, nos despedimos hasta el mes de Septiembre ya que empezábamos nuestras vacaciones.
                                                                  Fotos

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