sábado, 11 de julio de 2009

Hoya de San Blas hasta el comedero de buitres


Cuando llegué a a la incorporación de la M40 y vi el atasco que había montado pensé que como poco no empezábamos hasta las nueve y media, pero tuvimos suerte y a las nueve menos cuarto estábamos ya sobre nuestras monturas en dirección a la Hoya de San Blas. Roberto, Jesús y yo mismo,  nos habíamos citado para que Jesús pasara una nueva revalida, desde que ha dejado los cereales esta repitiendo las rutas que en su momento se le atragantaron, y la verdad es que lo ha conseguido, fue él quien impuso un ritmillo alegre en la
primera subida que nos llevaría a las cercanías del pequeño embalse de los Palancares, después de dejarlo a la izquierda continuamos en dirección al centro del Opus Dei, esta parte del camino es practicamente llana por lo que íbamos hablando tranquilamente, al llegar al desvío lo tomamos sabiendo lo que nos íbamos a encontrar, algunas rampas peleonas, después de pasar la Hacienda Jacaranda el camino seguía subiendo sin dar ni un momento de descanso, llegamos a la altura de la ermita de San Blas y sin parar a descansar afrontamos los repechos que nos llevarían al camino que, a la izquierda lleva a la Hoya y a la derecha se dirige al bonito pueblo de Miraflores de la Sierra, como nuestra intención era llegar al comedero de buitres giramos a la izquierda después de hacer unas fotos y aprovechar para tomar aliento. Una vez que nos metimos en la arboleda la sombra nos acompañó buena parte
de nuestro trayecto, poco más adelante dejamos a la derecha el camino que sube al puerto de la Morcuera pensando en una futura ruta y seguimos adentrandonos en el pinar, adelantamos a un grupo de senderistas compuesto por tres o cuatro padres y sus correspondientes retoños, alguno de los cuales llevaba una mochila casi más grande que ellos, en ese momento la composición del camino cambió a peor y ahora era algo parecido a gravilla, Jesús que como
buena parte del día iba en cabeza dudó y tuvo que poner pie en tierra, Roberto tuvo que hacer otro tanto, yo que vi el asunto apreté los dientes y clave el culo en el sillín consiguiendo pasar el tramo complicado sin tener que parar, animado por ello acelere un poco el paso y aunque el camino seguía subiendo me encontraba bastante bien ,más adelante rebasamos a una pareja que llevaba nuestra misma dirección y casi sin darnos cuenta llegamos al cruce donde habría
que decidir si subíamos al comedero de buitres o volvíamos a los coches, hicimos unas fotos y como hoy Jesús estaba como un toro, lo que pesan los cereales en el desayuno, iniciamos el ascenso por la pista que ahora estaba compuesta de piedras sueltas que dificultaban nuestro equilibrio, después de pasar lo que en el mes de Mayo bautizamos como "el puesto de melones" el firme nos daba un respiro y se tornaba más amable con nosotros, también la pendiente se suavizó y ya podíamos disfrutar del paisaje, a la derecha las cumbres casi al alcance de la mano y la izquierda toda la Hoya en nuestro punto de mira, después de pasar
una pequeña fuente de la que manaba un chorrillo de agua el camino giraba a la izquierda, nosotros seguíamos bien de fuerzas y ya estaba claro que hoy íbamos a completar el recorrido, a partir de aquí el camino era un continuo sube y baja, salpicado con algunas trampas de arena, en los tramos en que los pinos dejaban ver el horizonte conseguíamos ver las torres de la ciudad deportiva a lo lejos y algo más cerca el embalse de Santillana a un lado y el cerro de San Pedro al otro. Al llegar al final del camino en el lugar donde estaba el comedero de los buitres aprovechamos para comer unas barritas y hacer las fotos de rigor, Roberto casi se abre la cabeza por ir a quitar una ramita de un árbol y caerle la rama entera. Volvimos sobre nuestro pasos y llegamos a un punto en el que se abre un sendero entre los
pinos, por allí se lanzaban algunos bikers, incluida la pareja que habíamos pasado en la subida, todos con sus correspondientes protecciones, nosotros por precaución o por miedo, que en estos casos es libre, optamos por usar el camino de ida y después de que Roberto cogiera agua en la fuente y aprovechando que aunque el camino no era todo lo bueno que nos hubiera gustado si que era cuesta abajo llegamos sin problemas al desvío del camino de la Abutarda, Roberto pinchó 500 metros antes del puente que cruza el arroyo Mediano y nos pusimos a reparar la cámara y a relajar la tensión de la bajada, después del arreglo continuamos el camino atravesando una barrera que cierra el paso a los coches que en gran numero estaban aparcados a uno y otro lado del puente. Llegamos casi sin darnos cuenta a
las inmediaciones del embalse de Palancares y tomamos otra vez dirección al centro del Opus, al llegar allí en vez de tirar para arriba giramos a la derecha e iniciamos la ultima parte del trayecto, ahora era todo cuesta abajo, sorteamos un par de tramos técnicos y después de pasar un arroyo, que por cierto estaba seco, entramos en las calles asfaltadas del casco urbano, llegando donde habíamos aparcado los coches, después de cargar las bicis en ellos nos dimos un merecido homenaje en un bar de la zona y después nos despedimos hasta la próxima.
Todas las fotos aqui.

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