Pues eso como la mayoría esta de vacaciones, Nacho que ha estado por Madrid lanzo la propuesta de hacer algo por la Sierra, rápidamente Amador entro al trapo y como buen conocedor de la zona de Cercedilla se ofreció a enseñarnos algo de la zona, así que a las nueve de la mañana y después de saludos varios y esperar a Roberto que tenia intención de venir pero que al final no ha aparecido, hemos iniciado la subida de la Fuenfria, como siempre el tramo asfaltado desde los aparcamiento de Majavilan se hace pesado por no decir otra cosa, por suerte hemos llegado al inicio de la pista de tierra relativamente bien, después de pasar y que nos pasaran diferentes grupos. Una vez que hemos pasado la barrera hemos puesto un ritmo que no suele ser el nuestro habitual, esto unido a que no hemos parado en ningún sitio nos ha hecho llegar al puerto en una hora justa, creo que es la vez que menos tiempo he tardado en llegar, una vez en el puerto hemos decidido bajar por el llamado camino tradicional, que coincide con el camino de Santiago y según parece con la calzada romana o vía XXIV que unía Segovia con Titulcia.
La bajada la hemos hecho con tranquilidad disfrutando del entorno y controlando la velocidad, Nacho no tenia ganas de seguir buscando gamusinos, ya ha encontrado bastantes en la zona de Alicante y yo no tengo mucha confianza en mis antiguos frenos vbrake, llegamos sin mas problema a la fuente de la Reina, como era pronto no había nadie y tampoco paramos, así que seguíamos con nuestra buena marcha, aquí según Amador habia dos opciones, una mas suave y otra mas dura, no hizo falta ni preguntar, fuimos a la dura.
Empezamos la subida a la Camorca, muy nombrada por la zona y famosa por su dureza, yo no la conocía y la verdad es que me pareció que se deja hacer, tiene tres tramos con sus correspondientes zonas de descanso, aunque ahora el terreno esta muy suelto y con rodadas de todo terreno, esto hace que el ultimo tramo que ya de por si es el mas duro se haga muy difícil completarlo encima de la bici, así que no nos complicamos y terminamos de subir andando, arriba habia un par de senderistas segovianos con los que estuvimos hablando, aunque no conseguimos que nos invitaran a un poco de lomo del que estaban dando buena cuenta, después de dar unas vueltas por el cerro, visitar el refugio y subir a la torre de vigilancia decidimos iniciar el descenso, una vez mas nuestro guia nos llevo por una bajada muy bonita en la que aparte
de un par de zonas en que el desnivel y las piedras nos obligaron a bajar de la bici por precaución se hizo muy entretenida y bonita, el conocimiento que tiene Amador de la zona hace que siempre elija los caminos y senderos mas disfrutones, la verdad es que me quito el sombrero ante el y reconocer que es una suerte tenerle en nuestro grupo. El camino por el que bajamos llega al cruce con el camino de Santiago, así que a partir de ahora nos tocaba girar a la izquierda y subir a la Fuenfria de nuevo, como las piernas nos seguían respondiendo volvimos a poner un ritmo vivo, siempre según nuestras posibilidades, y aunque a Nacho al final se le hizo un pelin largo nos pusimos en el alto del puerto sin parar ni para mear. La zona estaba con la gente normal en fin de semana, senderistas y varios grupos ciclistas, me pareció ver a los Valtueña y a los de Lorankedas aparte de algunos mas, aquí teníamos la duda de por donde bajar, la pista ya casi la descartamos por costumbre, las Veredas me parecen complicadas y mas con la rígida, la vía XXIV ultimamemte la hemos hecho bastante, así que Amador nos dio varias opciones: Senda Victory, Marichiva, Segundo Pilón, Camino Viejo..., por opciones no sera, al final decidimos disfrutar del Camino Viejo, otro de los que me habia prometido no pisar encima de la bicicleta, ultimamente no cumplo mis promesas. El primer tramo lo hicimos por la vía romana y en el cruce con la calzada borbónica un colega que nos adelanto y quiso pasar montado estuvo a punto de darse contra una piedra, por suerte pudo hacerse con la maquina. El camino Viejo lo hicimos como pudimos, la verdad es que desmontamos lo menos posible y así disfrutando
de la zona llegamos rápidamente a los coches, después de cargarlos gozamos de una pequeña opcional cortesía del amigo Nacho. Una buena mañana de bici con un entorno maravilloso, no creo que tardemos mucho en volver.
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