A la hora acordada ya estábamos preparados para comenzar la ruta, hoy se nos habían unido Fernando, que ya casi es un fijo de nuestras salidas, y Javi (Jablan) y Jesús (Agila), que también han compartido rutas con nosotros en otras ocasiones, junto con Jesús (Terminal), Roberto (Murga), Nacho (Gorcam), Pachi y yo formamos el grupo que íbamos a compartir mañana y entorno. Salimos en dirección a la ermita de San Antonio lo que nos obliga a empezar subiendo, la cuesta no es muy larga pero tiene su punto, sobre todo si se hace al principio, lo peor no es llegar a la ermita sino que hay que continuar pedaleando hasta llegar a un pequeño collado desde el que se ve totalmente Cercedilla, desde aquí y aprovechando la bajada que tiene el camino nos plantamos rápidamente en la carretera que sube desde Guadarrama y después de atravesarla nos dirigimos hacia el pueblo serrano, nuestra idea era buscar una alternativa para no tener que atravesarlo, pero aunque estuvimos cerca de conseguirlo no tuvimos suerte, así que no tuvimos otra alternativa que callejear un poco, bordear la plaza de toros y el polideportivo y enfilar por el camino del Calvario en dirección al embalse de Navalmedio, como el camino pica para arriba se formaron varios grupillos, unos aprovechamos para hablar, otros para hacer fotos y la mayoría bastante tiene con dar pedales.
Ahora nos dirigimos hacia la carretera del puerto de Navacerrada, pero antes de salir a ella nos desviamos por una pista que sale a la izquierda y que después de un pequeño repecho nos pone en un tramo practicamente llano que nos lleva hasta la trialera del Miedo, aquí nos bajamos todos para subir de la forma mas lógica, es decir empujando la bici, pero el amigo Agila no tuvo otra ocurrencia que empezar a subir montado, y la verdad es que consiguió subir un buen trecho antes de descabalgar, a partir de aquí hizo compañía al resto del grupo empujando la bici, cuando por fin llegamos al comienzo de los bonitos senderos de Navalmedio volvimos a montar y completamos una de las zonas mas bonitas de nuestra sierra que nos deja en el antiguo campamento de las Cortes, atravesamos el rio por el puente que existe y seguimos en subida para atravesar poco después nuevamente el rio, aunque ahora mojándonos un poco. Ya si que estábamos en pleno Calvario y después de dejar a la izquierda el final del Wistler seguimos subiendo para dejar a un lado el pino de la cadena, hacia tiempo que le tenia ganas a este tramo, por una serie de circunstancias no había podido completarlo en mis últimos intentos, hoy por fin lo he conseguido, dejamos a la izquierda el ascenso que nos llevaría a la estación de Navacerrada y nos dirigimos al Ventorrillo, no nos costo mucho llegar, pasamos la portilla y nos dejamos caer por la carretera hasta cruzar esta y ponernos a
los pies de la pista que nos llevaría al camino Ortiz, hoy íbamos a ver que arreglos habían hecho, la subida volvimos a hacerla cada uno a su ritmo, pronto estábamos en la esplanada del antiguo sanatorio y aprovechamos la parada para hacernos alguna foto y comer, cuando terminamos empezamos a bajar uno de los senderos mas bonitos y concurridos de Madrid, el Ortiz, después de verlo y rodarlo llego a la conclusión de que hay obras que es mejor no hacerlas. Tuve un par de contratiempos que me obligaron a parar mas de lo que me hubiera gustado, así que cuando llegue al final el resto de compañeros ya me estaba esperando, a partir de aquí nos quedaba rematar el día con los senderos de la Barranca o Alakan, como siempre que hemos hecho esta ruta disfrutamos esta parte y gozamos del entorno privilegiado de esta zona, llegamos al final y después de cruzar el pequeño embalse nos encontramos a la altura de los aparcamientos, sólo nos quedaba bajar por el camino de los Almorchones para llegar al punto donde habíamos iniciado la ruta, antes de llegar Pachi se bajo de la bici de mala manera, por suerte sin ninguna complicación
LLegamos a nuestro destino y completamos el día con una opcional en la plaza del Gargantón de Navacerrada donde aprovechamos para comentar la buena mañana que habíamos disfrutado, como siempre la compañía inmejorable, se que pronto volveremos a compartir nuevas rutas.